¿Qué queremos?

Sistema Educativo

Educar es ayudar a desarrollar cuanto de positivo hay en el interior de cada persona.

A lo largo de los siglos han sido muchos los Métodos o sistemas educativos empleados en la educación del niño o adolescente. La mayoría de estos Sistemas educativos perviven en la historia de la Educación vinculados a una figura relevante en el campo de la Educación o a alguna Institución.

Uno de estos métodos educativos es el Sistema Preventivo, inseparable de la figura de D. Bosco y de la Familia Salesiana, continuadora de su espíritu y estilo educativo.

No es fácil conocer y aplicar este modo de educar sin acercarse a Valdocco, modelo pedagógico del Sistema Preventivo practicado por D. Bosco.

No extraña que la Iglesia lo haya reconocido como «padre y maestro» de la juventud. Es el único caso en la historia de la educación, en el que la Iglesia ha canonizado a un santo educador y a uno de sus alumnos de tan solo 15 años: Santo Domingo Savio.

Don Bosco en la base del Sistema Preventivo

Juan Bosco nave en 1815 en «I becchi», un caserío a 20 Kms. De Turín, en el seno de una familia campesina humilde, en tiempos difíciles. La dureza de la vida se asoma pronto al hogar de Juanito, huérfano antes de 3 años. Las muchas y grandes dificultades para poder estudiar no le desanimaron jamás; al contrario, se propuso llegar a ser padre para tantos jóvenes sin familia, maestro para quienes no temían acceso al saber.

Vive en un siglo de grandes transformaciones sociales: unificación de la nación italiana, época de preindustrialización en el Piamonte e Italia. Muere en 1888, habiendo consumido toda su vida en pro de los jóvenes más abandonados, para los que crea oratorios festivos y diarios, internados y escuelas de artes y oficios para muchachos ( hoy Escuelas de Formación Profesional).

Su madre, Mamá Margarita, mujer de pocas letras pero de gran fe cristiana, totalmente entregada a la educación de sus hijos, supo conjugar la bondad y el amor con la firmeza y la austeridad. En su escuela fue aprendiendo a compaginar el trabajo y la alegría, la razón, la religión y el amor en tiempos en los que aún había bastantes educadores que creían que la «letra con sangre entra».

Un escritor francés, Georges Lairesse, describe a D. Bosco como «hombre de gran personalidad, de carácter voluntarioso, sensible a los problemas de la juventud de su tiempo, trabajador incansable, audaz que vivió la pedagogía del amor».

Fue un pedagogo práctico, uno de los grandes educadores de la historia. Si educar es cosa de corazón, pocos han llegado al corazón de los jóvenes, sobre todo, de las clases populares, clases humildes y abandonadas, como lo consiguió él.

El Sistema Preventivo

«El Sistema Preventivo es un modo de educación que precave el daño del alumno y la necesidad del castigo; prescribe al educador una continuada convivencia con el alumno y una completa entrega a su tarea educativa; destaca la necesidad de una vida infantil plena, activa y rica en aspectos». No es solo un método de pedagogía o disciplina, sino una síntesis de vida, de espiritualidad y pedagogía.

Se apoya en las palabras de S. Pablo: «La caridad es benigna y paciente; todo lo sufre, todo lo espera y lo soporta todo».

Este Sistema Preventivo tiene como fin: Formar honrados ciudadanos y buenos cristianos. Las dos vertientes: promoción humana y salvación cristiana. Formar ciudadanos responsables y cristianos comprometidos.

Este Sistema se apoya en tres pilares insustituibles: la Razón, la Religión y el Amor.

  • Razón que se manifiesta en los distintos momentos de la vida: el estudio, la disciplina y la corrección, si alguna vez hubiera que aplicarla. Razón que se manifiesta en la presencia continua entre los jóvenes, en el diálogo abierto, en la confianza que se regala, en el optimismo.
  • Religión como principio y meta de su quehacer educativo. Religión alegre que incluye a los jóvenes a la vida espiritual a través de los sacramentos y a través de una entrañable devoción a la Virgen Auxiliadora.
  • Amor, sentido y manifestado. «Que los jóvenes no sólo sean amados, sino que se den cuenta de que se les ama». El amor significa comprensión, respeto a la autonomía del alumno, capacidad para interpretar las necesidades de los jóvenes.

D. Bosco creó un nuevo tipo de sacerdote y educador, viviendo en medio de los jóvenes, estando con ellos en la clase y en el patio, participando de sus preocupaciones y sus alegrías.

La Relación Educativa

D. Bosco intuyó desde muy joven que para ganarse el corazón de los jóvenes era necesario acercarse a ellos, interesarse por sus cosas, «amar lo que ellos aman», para ello se esforzó en convertir sus colegios, casas las llamaba él, en una familia, donde se fomentan relaciones de familiaridad y confianza, donde hay también una autoridad que actúa desde la razón y el diálogo.

«Valdocco», cuna de la obra salesiana, se pudo definir como: «casa que acoge, escuela que prepara para la vida, parroquia que evangeliza y patio donde encontrarse a gusto con los amigos».

En un ambiente así, no extraña que casi al final de su vida escribiera: «Hace cerca de 40 años que trabajo con la juventud y no recuerdo haber impuesto castigo de ninguna clase, y con la ayuda de Dios he conseguido no sólo el que los alumnos cumplieran con su deber, sino que hicieran sencillamente lo que yo deseaba, y esto de aquellos mismos niños que no daban ninguna esperanza de feliz éxito.»

Siempre creyó más en el premio que en el castigo; así escribió: es premio o castigo todo lo que se hacer pasar por tal: «la alabanza cuando se obra bien y la corrección en los descuidos, constituyen de por sí premio o castigo».

Había aprendido en la escuela de San Francisco de Sales, el Santo de la bondad (de él tomamos el nombre de salesianos) que «se cazan más moscas con una gota de miel que con un barril de vinagre».

Medios o recursos educativos

Quiero concluir esta reseña sobre el Sistema Preventivo con una palabra sobre los medios educativos que tanto ayudaron a D. Bosco a conseguir este ambiente de familia, alegre y sereno, creativo y sano.

Fomentó recursos educativos que le habían ganado la amistad de los compañeros ya en los años de juventud: la música instrumental y coral, los paseos y excursiones, el deporte, el teatro infantil…

  • El teatro tuvo gran importancia en el Oratorio, D. Bosco le asignó tres fines: divertir, instruir y formar.
  • La música y el canto llegaron a ocupar un puesto importante en el Oratorio hasta el punto de que escribió sobre el mismo: «un Oratorio sin música es como un cuerpo sin alma».
  • Las excursiones llenaron páginas imborrables en la mente de los muchachos, que recorrían, en los «paseos otoñales», distintos pueblos con su música, sus representaciones teatrales y las alegres y juveniles celebraciones religiosas. Era extraordinario contemplar la alegría y satisfacción de aquellos jóvenes.

Don Bosco en 1886 (apenas dos años antes de su muerte), escribía a los Salesianos y Salesianas de América: «El Sistema Preventivo sea nuestra característica propia… En las clases que se oiga la palabra «dulzura». «caridad» y «paciencia»… La dulzura en el hablar, en el obrar, en el avisar lo gana todo y a todos».

Tal vez alguno tenga la impresión de estar leyendo un cuento de hadas, o estará pensando: aquellos eran otros tiempos. Alguien se podrá preguntar: ¿Sigue siendo válido este Sistema Preventivo, como método educativo, en el 2001, con los fuertes cambios habidos en la sociedad, en la familia, en la educación…?

Nuestra respuesta es claramente afirmativa, si bien necesitamos actualizarlo, incorporando los avances de la Ciencias de la Educación: la Psicologia y la Pedagogía.

No hace muchos años, un sacerdote francés que había trabajado con jóvenes marginados por la sociedad, al conocer al pedagogía de D. Bosco lanzó este manifiesto a los salesianos: «Vosotros tenéis muchas obras, colegios, oratorios, pero tesoros sólo tenéis uno: la pedagogía de D. Bosco… Conservadla, renovadla, rejuvenecedla, emriquecedla con todos los descubrimientos modernos, adaptadla a esas criaturas del siglo XX y a sus dramáticas existencias que D. Bosco no llegó a conocer. Pero, por caridad, ¡Conservadla! ¡Cambiadlo todo, perded, si es el caso vuestras casas, pero conservad este tesoro haciendo surgir en millares de corazones el modo de amar y salvar a los jóvenes, que es la herencia de Don Bosco».