El barrio de Triana acudió a la llamada de solidaridad de esta iniciativa protagonizada por los jóvenes de nuestro centro juvenil Eirené

Ayer viernes nuestro Centro Juvenil realizó la Operación Kilo en la que nuestros chicos y chicas, junto a sus animadores, estuvieron realizando la campaña de recogida de alimentos en diferentes supermercados de nuestro barrio. Durante toda la tarde cientos de personas anónimas decidieron dar parte de su tiempo y de su dinero a los demás, algo que en nuestra sociedad de hoy en día no está precisamente de moda. Aunque los comienzos fueron difíciles al final fueron muchas las personas que se animaron a participar y que entregaron alrededor de una tonelada de comida y otros productos de higiene y de primera necesidad que irán destinados a los comedores sociales de Triana, la casa Bartolomé Blanco y otras obras de caridad.

Por tanto, tenemos que agradecer a Dios y a nuestra madre Auxiliadora por tanta buena providencia. Aunque los verdaderos agradecimientos se los tenemos que dar a todas las personas anónimas que dieron, desinteresadamente, su tiempo y su dinero para ser solidarios con los demás. A todos los supermercados que nos permitieron disponer de sus instalaciones o equipamientos para realizar la campaña. Y, por supuesto, a nuestros niños y niñas por el gran trabajo realizado animando a todas las personas a participar, dando su tiempo de viernes para ayudar a los demás, gracias a ellos los diferentes supermercados fueron una auténtica fiesta de solidaridad. Los bienes materiales se quedaron acumulados en el colegio pero el bien humano está en el corazón de cada uno, de cada viandante, gerente de supermercado y niño que participó. Hacer también un agradecimiento especial y cariñoso a todos los Salesianos Cooperadores que, con sus coches, nos ayudaron ayer a recoger todo lo obtenido y se encargaron de trasladarlo al colegio, sin ellos todo hubiese sido mucho más difícil. Ahora que llega el adviento y pronto la navidad y que, dentro de poco, empezaremos a ver anuncios que invitan al consumismo impulsivo, pensemos también en todas esas personas que no tienen la navidad que les gustaría y que, en alguna medida, ayudamos ayer entre todos.