Al igual que con el potaje solidario, este año hemos vuelto a retomar esta cita importante del calendario de nuestra casa. El pasado 24 de abril todos los miembros de la Comunidad Educativo Pastoral de nuestra casa se encontraron en el pabellón del colegio para compartir este momento común. Desde las 13:00 estuvo abierta la barra mientras el olor de las paelleras abría los estómagos de cuantos se iban acercando. Además del puesto de paella, a cargo de los profesores del centro, multitud de colaboradores llenaron el pabellón de posibilidades gastronómicas, habiendo la barra atendida por el AMPA, un puesto de tortillas atendido por la Asociación de María Auxiliadora, el puesto de tickets a cargo de los Cooperadores, un puesto de chucherías a cargo del Centro Juvenil y el tradicional puesto de tartas y dulces de nuestras madres reposteras.

Además, se recuperó el bingo, que cerraba el evento con el sorteo de una paletilla y medio queso. De nuevo, pudimos vivir con la normalidad que ansiamos uno de los momentos más importantes de nuestra casa, por permitir disfrutar de este rato de convivencia parando nuestros quehaceres diarios.

Y como el carácter de la celebración de este evento es solidario, todo el tiempo hubo un puesto que proyectaba un vídeo explicativo de la obra de solidaridad que se apoyaba con esta paella: la ayuda a las víctimas del conflicto bélico de Ucrania, en concreto la atención a familias refugiadas en la casa salesiana de Swobnica en Polonia. A través de Bosco Global, ONG a la que va destinada la recaudación, pretendemos colaborar con la acogida de 42 personas que huyen del horror de la guerra. A continuación podemos ver el vídeo que explica a qué se va a destinar lo recaudado.

Agradecemos a todos los grupos de la casa su implicación para que la celebración de este evento haya podido realizarse con tanto éxito. Al equipo de cocina, compuesto por profesores, que realizaron las magníficas paellas y a todos los grupos que colaboraron de la casa: Parroquia, Centro Juvenil, Cooperadores, ADMA, AMPA y a las madres reposteras que pusieron el toque dulce al evento. También un agradecimiento particular a Arroz Brillante Sabroz, por la donación de todo el arroz usado, y a Agustín Jiménez, fotógrafo y padre de alumnos del centro que nos ha cedido las fotos que se pueden ver a continuación.

A todos, muchas gracias y hasta el año que viene.