Poco a poco vamos pudiendo salir a hacer cada vez más cosas, pero nuestro claustro sigue en cuarentena, educando desde casa. Esta semana, conocemos a Esther Berrio Miguel, profesora de Educación Infantil, en este curso con los chicos y chicas de 5 años.
¿Quíén es Esther?
Soy Mª Esther Berrio Miguel, tengo 43 años (no me lo creo, he tenido que pensarlo) y soy de Madrid, llevo desde el año 2002 viviendo en Sevilla y trabajando en el colegio en la etapa de Educación Infantil. Mi padre es Extremeño, de un pueblecito de Cáceres y mi madre Madrileña, aunque su familia es de Segovia.
¿Tienes algún hobby o afición que quieras compartir?
Mi mayor afición es pasar tiempo con los niños, mis alumnos, mi familia, los que tengo cerca y los que están más lejos. Disfruto mucho haciendo manualidades para “mis niños” del cole, esquiando, paseando por el pueblo de mi madre en Segovia, montando en bicicleta y también me gusta mucho cocinar. Me encantaría cantar bien y tocar algún instrumento, pero Dios no me dio el don musical, je, je. Aunque canto mal yo lo intento, siento dañar el oído de los más cercanos a mi en algunas ocasiones, creo que en la mayoría.
¿Podrías decir algo que sorprenda sobre tu forma de ser o alguna habilidad que tengas?
Creo que unas de mis cualidades es la alegría y mi capacidad para hablar mucho, je, je. La cercanía con las personas que tengo a mi alrededor y mi disponibilidad para ayudar y trabajar en lo que me pidan, siempre que esté en mi mano.
¿Qué echas de menos en este tiempo de confinamiento?
Echo de menos a mis padres especialmente, viven lejos, cada vez son más mayores y aunque hablemos todos los días por teléfono siento no poderles ayudar en estos momentos que más nos necesitan.
¿A qué dedicas el tiempo libre en casa?
No tengo mucho tiempo libre, aunque parezca mentira, pero busco los ratitos que tengo para jugar con mis hijos, hablar por teléfono con mi familia, amigos y cocinar.


¿Cuál es tu recorrido como profesora en los Salesianos de Triana?
Mi primer curso en el colegio fue el 2002-2003, siempre he desarrollado mi vocación y mi trabajo en la etapa de Educación Infantil. Si Dios quiere, este año veré graduarse a los niños de mi segunda promoción, porque los primeros ya salieron del cole hace tres años ¡Me parece increíble lo rápido que han pasado estos años! Estoy feliz y disfruto mucho de mi trabajo con los más pequeños de “la casa”. Me siento muy afortunada. Desde hace once o trece años, ya perdí la cuenta, soy la responsable de animar la acción pastoral en mi etapa, tarea que me apasiona y con la que disfruto mucho y siempre lo intento transmitir a mis compañeros y a nuestros alumnos. Cómo llegué al colegio…. se podría decir que tuve un Don Bosco en mi familia (un salesiano) y desde pequeñita he podido disfrutar del ambiente salesiano y Dios me dio la oportunidad de desarrollar mi sueño de educadora salesiana en Triana.
¿Por qué elegiste ser maestra?
Siempre pensé que mi vocación era para dedicar mi vida a los demás. Una bonita manera de llevar a cabo este sueño era educar y día a día me confirmo en esta decisión. Me encanta compartir con los niños sus experiencias y ayudarles a crecer como personas felices, responsables, trabajadoras, buenos cristianos y educarlos en los valores y estilo salesiano con Don Bosco y María Auxiliadora de su mano.
¿Por qué de Infantil?
Porque los niños son “geniales”, te dan todo lo mejor que tienen, te lo demuestran tal cual son y porque siempre puedes seguir teniendo un niño en tu interior.
Si no hubieses sido profesora ¿qué te habría gustado ser?
Me hubiera gustado ser misionera en África, en una pequeña aldea con niños. También profesora de Educación Especial y psicóloga, aunque a pequeña escala soy un poquito de cada una de estas cosas.
En este tiempo de cuarentena estamos viviendo la enseñanza de una manera que no habíamos vivido nunca, ¿qué crees que vamos a sacar de positivo para nuestra labor?
Sinceramente veo poco de positivo para nuestra labor, donde no podemos estar con nuestros alumnos, nuestras familias, nuestros compañeros… que son los que nos dan todo en nuestra profesión. El trato directo, es esencial. Sigo pensando en lo positivo…. De momento creo que solo he aprendido a usar mejor el ordenador.

Por último, ¿tienes alguna anécdota que recuerdes con cariño como profesor/a del colegio?
Sí, hay muchas. Me encanta cuando veo a mis pequeños alumnos hacerse mayores y te recuerdan con cariño como su profesora de Infantil. Y ahora son algunos de ellos los que juegan con mis hijos en el centro juvenil. Recuerdo que uno me dijo en su graduación, “me acuerdo de que en tres años me vestiste de oveja” y dijo otro y “a mi de buey” y todos compartimos unas risas. O cuando me dicen mis alumnas “seño, voy a estudiar Magisterio de Educación infantil”, con la cara llena de entusiasmo e ilusión. Con mucho cariño llevo en mi corazón a los niños y familias que han pasado por mi tutoría, los agradecimientos de los padres, las sorpresas y las palabras bonitas en las despedidas de 5 años, cuando se termina un ciclo y se produce esa mezcla de emoción, tristeza y satisfacción.